VALÈNCIA. La ciudad de València, en mayo de1972, fue el lugar y el momento en el que el cómic —particularmente, la investigación sobre el cómic— dio un paso adelante en España. El motivo fue la exposición promovida desde la revista Trinca, que albergaba originales de los distintos autores que colaboraban en la publicación. Alrededor de esta muestra, instalada en los salones del Ateneo Mercantil de València, tuvo lugar una serie de charlas, conferencias y mesas redondas, a caballo entre el Ateneo y la Universidad Laboral de Cheste, que concitaron a algunos de los (pocos) teóricos del cómic que, en aquellos años, reflexionaban sobre las posibilidades del medio.
Treinta mil pesetas
La inaguración de la exposición, celebrada el 15 de mayo, contó con la asistencia de la la plana mayor de los políticos de la ciudad, comenzando por el alcalde de València, Vicente López Rosat y el gobernador civil, Antonio Rueda, quien, tal y como recogía la revista especialitzada Bang!, (único medio que ofreció una cobertura amplia) afirmó exultante que «si la imagen es el vehículo que nos permite llegar a nuestros hijos, ¡bendita sea la imagen!».
La participación de la Universidad Laboral de Cheste, junto con la condición de Trinca como revista cercana al Régimen (era publicada por Doncel, editorial próxima a la Falange), ayudó sin duda a que la iniciativa fuera vista con buenos ojos por parte de las autoridades locales y que, incluso, algun diario generalista dedicara una breve columna a la inauguración. La exposición, con un prespuesto de treinta mil pesetas, recogía ciento setenta planchas, con originales de autores como Guinovart, Arranz, Brocal Remohí, José Ortiz, Chiqui, Enric Sió, Giménez, Bernet o el valenciano Miguel Calatayud.
Inicios de la investigación sobre cómic
Para el experto en cómic Álvaro Pons, el momento en que surgió la exposición y el simposio no fue casual: «En aquellos primeros setenta estaba naciendo la investigación sobre cómic en nuestro país. Habían surgido nombres como Luis Gasca o Terenci Moix a los que pronto se uniría Román Gubern. La revista Bang!, dirigida por Antonio Martín, era un referente en reflexión sobre el medio. Se estaba creando el caldo de cultivo en cuanto a investigación, con téoricos influenciados por homólogos franceses e italianos». La situación del cómic en España era muy diferente a la de otros países europeos. No era un medio respetado y continuaba siendo percibido como apto únicamente para el público infantil y juvenil.
* Lea el artículo íntegramente en el número 99 (enero 2023) de la revista Plaza