VALÈNCIA. Los años noventa fueron una etapa rica para la ficción televisiva, por lo que tuvo de renovadora para algunos géneros. Twin Peaks abrió las puertas a nuevas posibilidades narrativas donde lo extraño podía pasar a formar parte de la cotidianeidad. Esa vertiente la aprovecharon con mucha intuición Johsua Brand y John Falsey, productores de Northern Exposure, frase que podría traducirse como exposición norteña. Tanto su título original como el mucho más gráfico Doctor en Alaska, que es como se conoció la serie en España, sintetizan la trama de la cual parte esta serie, estrenada en Estados Unidos en 1990. El doctor Joel Fleischman deja Nueva York para iniciar un periodo de prácticas en Alaska, sin saber que su verdadero destino es Cicely, un pueblo de 215 habitantes, al cual tendrá que adaptarse, dejando atrás sus neurosis y sus ínfulas de universitario pijo. Así, durante seis temporadas, Fleischman aprenderá a convivir con sus nuevos vecinos. El vínculo entre Doctor en Alaska y Twin Peaks lo constituían los paisajes salvajes del norte y la certeza de que el pueblo donde transcurre la acción es casi un estado mental. La televisión americana no estaba acostumbrada ni a una mirada ni a unos personajes como aquellos. Brand y Falsey tomaron su inspiración del tono amable de ciertas comedias europeas y crearon personajes excéntricos a la par que adorables, como los que desfilaban por películas como Amarcord, Un tipo genial, Mi vida como un perro o Cinema Paradiso. Ninguno de los actores que trabajaron en la serie es especialmente popular, pero se adaptaron tan bien a los personajes que interpretaban que estos calaron hondo en el público.
1990 fue un año pésimo para la CBS en lo referente a la aceptación de nuevas series. A Doctor en Alaska le costó arrancar, pero, de inmediato, se metió en el bolsillo a un público fiel que la siguió sin rechistar capítulo a capítulo. Cicely, efectivamente, era como esas ciudades literarias, Macondo, Comala, en las que la realidad se regía por otras leyes. Había sido fundada por una pareja de lesbianas que querían «crear una colonia de librepensadores, en la que el espíritu humano pudiera medrar». La filosofía es una pieza fundamental en cada uno de los guiones. El doctor Fleischman aprenderá a vivir en un entorno natural, que es lo opuesto a su cómoda vida urbanita. Y eso no lo experimentará solo por medio de la comunión con árboles y montañas, sino relacionándose con los lugareños. Maurice Minninfield (Barry Corbin), millonario y exastronauta, ostenta un enorme poder en el pequeño pueblo. Lo que no pudo evitar es que el dueño de la cantina, Holling Vincoeur (John Cullum), enamorara a su prometida, Shelly Tambo (Cynthia Geary), cuarenta años más joven que él. Maggie O’Neill (Janine Turner), una mujer cuyos novios mueren siempre en circunstancias absurdas, se convertirá en el otro polo generador de una tensión sexual. Una vez resuelta, varias temporadas más tarde, la serie perderá parte de su fuerza.
El carácter humanista de Doctor en Alaska confería a la serie un papel muy reivindicativo a varios niveles. La ayudante del doctor estuvo interpretada por Elaine Miles, una actriz india, que peleó por eliminar de los guiones los tópicos referentes a las mujeres de su raza. Marilyn Whirlwind es una mujer de pocas palabras a la cual nunca veremos peinarse con trenzas. También fue importante la presencia del locutor Chris Stevens (John Corbett), que en su programa de radio citaba a Nietszche y a Maurice Sendak. Un joven habitante de la ciudad, que de pequeño había sido criado por lobos, mantenía que Kafka había visitado Cicely y que había sido allí donde había escrito La metamorfosis. La libertad de pensamiento que transmitían los personajes de la serie impregnaba también las historias. Doctor en Alaska fue la segunda serie —la primera fue Roc— donde se celebraba un matrimonio entre personas del mismo sexo. El capítulo que cerraba la primera temporada, Aurora Borealis, resultaba tan raro que estuvo a punto de quedar inédito. «Cuando la cadena aceptó emitirlo —recordaría Brand— mi socio y yo supimos que, a partir de entonces, podríamos hacer lo que quisiéramos. El público se dejaría llevar por lo que quisiéramos contarle».
Que los habitantes de Cicely fueran adquiriendo mayor protagonismo respecto al doctor que llegó allí engañado tuvo mucho que ver con las peticiones económicas de Rob Morrow. A medida que el programa ganaba audiencia y prestigio, su representante quiso negociar un contrato con más exigencias. Esto provocó que al final Fleischman volviera a Nueva York y su puesto fuese ocupado por el doctor Phil Capra (Paul Provenza). La serie terminó el verano de 1995. Treinta años después sigue enamorando tanto a quienes la descubrieron en su día como a quienes lo hacen ahora.
Crónicas de un pueblo
Cicely era, en realidad, un pueblo del estado de Washington llamado Roslyn, lo que explica el mural del Roslyn’s Café en la presentación. Situada a ochenta minutos de Seattle, recuperó su economía gracias a la serie: abrieron once negocios y se crearon cien puestos de trabajo. Roslyn celebra un festival anual dedicado a la serie, al que suelen acudir algunos de sus actores.
La serie en datos
Emisión: Del 12 de julio de 1990 al 26 de julio de 1995. Seis temporadas.
Premios: Dos Globos de Oro a la Mejor Serie (1992 y 1993).
El dato: Estuvo a punto de llamarse Doctor Snow (Doctor nieve).
La mascota: El alce Morty, que recorría las calles de Cicely en los créditos de apertura. Falleció en 1994 por vivir en cautividad.
¿Cómo verla?: En Filmin.
Discos: Se publicaron dos, con las canciones de la serie que incluían temas de Lynyrd Skynyrd, Nat King Cole y Miriam Makeba, entre otros.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 102 (abril 2023) de la revista Plaza