Cada cuatro años, entre abril y mayo, se produce el halving, que significa que el precio que se paga por la generación y verificación de bitcoines se reduce a la mitad, lo que desencadena un fuerte periodo alcista para esta moneda que llena de esperanza a la comunidad cripto
20/03/2024 -
VALÈNCIA. Cada cuatro años, el mundo cripto celebra su particular fiesta de la primavera: el halving. Suele coincidir entre los meses de abril y mayo y la ensalzan, con especial entusiasmo, los poseedores de bitcoines esperanzados de que el acontecimiento les traiga una revalorización de sus activos.
El protocolo Bitcoin se basa en el principio de la escasez. Desde el origen, en 2008, se estableció que a lo largo del tiempo solo se crearían veintiún millones de bitcoines (BTC). Según algunas estimaciones, esta cantidad finita podría alcanzarse en el año 2140, teniendo en cuenta que, actualmente, hay ya más de diecinueve millones de bitcoinescirculando por el mundo, más del 93% de la oferta total.
Los veintún millones de bitcoines se crean con su propia tecnología blockchain, de código abierto y con una red de igual a igual (p2p). Conforme al protocolo, el ritmo de emisión se reduce de manera progresiva a la mitad cada cuatro años. La otra pieza relevante en este puzzle son los mineros, grosso modo, las miles de personas repartidas por todo el mundo que se encargan de generar nuevos bitcoines y verificar la legitimidad de las transacciones criptográficas en su cadena de bloques.
Por los servicios prestados, se acordó recompensar a los mineros pagándoles una cantidad por cada bloque puesto en circulación cada diez minutos. Dicha recompensa se reduciría también a la mitad cada cuatro años, en la misma proporción que se iba limitando la emisión de nuevos BTC. Esto es el halving.
Si los primeros mineros cobraron cincuenta BTC por cada bloque emitido, en 2012, cuando se produjo el primer halving, la recompensa se quedó en 25 BTC. Así sucesivamente, hasta llegar al cuarto halving que se producirá esta primavera y dejará el cobro en 3,125 BTC por bloque. Para aquellos que piensen que el pago es pequeño, decir que el día que se redacta este artículo, el precio del bitcoin equivale a 50.000 dólares.
Un histórico positivo
En cualquier caso, lo que desencadena el halving cuatrienalmente es reducir a la mitad la oferta de un activo con una demanda similar o, probablemente, superior, dado que suele ser el comienzo de un fuerte periodo alcista para el bitcoin.
Este es el fenómeno que llena esperanza y brotes verdes esta primavera de la comunidad cripto. Como señala Fernando Alberca, inversor en criptoactivos y mentor en un proyecto cripto, «los anteriores halvings fueron sucedidos de fortísimos crecimientos en el precio del bitcoin. En el primero, la cotización pasó de 11,50 a 270 dólares. En el segundo, el bitcoin escaló desde 650 a 20.000 dólares. En el tercero, de un entorno de 3.500 dólares se llegó a 69.000».
Joaquín La Madrid, economista experto en criptoeconomía, coincide en que, históricamente, el fenómeno halving siempre se ha saldado en positivo, con movimientos de subidas previas e, inmediatamente posteriores a su fecha de celebración, seguidas de bajadas y, después, cierta estabilidad.
Lo que no comparte Joaquín La Madrid es que el halving sea el único factor que interviene en el valor del BTC: «La composición del precio depende de multitud de factores como son el ánimo del mercado, la liquidez, los tipos de interés o el nivel de adopción, entre otros».
La banca se rinde al bitcoin
Para hacerse una idea de la volatilidad de este activo, los datos aportados por Fernando Alberca terminan en 20.000 dólares en el segundo halving y arrancan en 3.500 en el tercero. Es decir que, en esos cuatro años, el bictoin ha tenido tiempo de caer 16.500 dólares. Pero también da prueba de su fortaleza la valoración del BTC con el que arranca cada halving, de los 11,50 dólares del primero a los 3.500 dólares del tercero. Vamos que, por ahora, parece que la volatilidad compensa a quienes se toman con calma esta inversión. Como señala Alberca «el bitcoin fue diseñado para que sus poseedores no viesen perder el valor de sus monedas debido a la inflación».
Tal vez sea esta la causa del apetito creciente por invertir en BTC, al que se suman ya no solo sus incondicionales de toda la vida, sino también los que fueran detractores durante mucho tiempo. Es el caso de las entidades crediticias, las cuales han pasado de mirar con recelo a las criptodivisas a normalizarlas como un producto bancario más en su oferta. JP Morgan, Société Générale o, ya en España, BBVA, Bankinter o Santander permiten a sus clientes operar con criptomonedas y otros activos digitales.
Tampoco los neobancos quieren perderse la oportunidad. N26, banco online nacido en Alemania hace diez años y presente ya en 24 mercados, entre ellos España, anunciaba el pasado mes de febrero el lanzamiento en nuestro país de N26 Crypto, un producto de trading de criptomonedas, que permite a sus clientes locales comprar y vender cerca de 200 criptodivisas directamente desde la app de la entidad.
«Nuestro producto de criptomonedas llega en un momento positivo para el sector de los activos digitales. Además, responde al apetito de los inversores españoles y europeos por este tipo de activos. En 2022, Austria fue el primer país en el que N26 implementó el servicio, seguido de Alemania, Bélgica, Irlanda, Portugal y Suiza a principios de 2023. Desde que lanzamos el producto en Austria a finales de 2022, casi la mitad de las transacciones de compraventa (45%) se han llevado a cabo en los últimos tres meses de 2023, lo que indica el buen momento que vive el mercado», declara Pablo Reboiro, director general de N26 para España y Portugal.
Llegar al mercado tradicional
El desarrollo de una infraestructura en torno a esta industria, como son los cajeros de BTC, los exchanges o soluciones de custodia, así como la multitud de negocios que se han avenido a aceptar el pago en criptodivisas, ha propiciado la madurez del mercado y la posibilidad de operar en él como si de moneda fiduciaria se tratase.
Para flexibilizar el uso del BTC, cada unidad se divide en 100.000,000 satoshis, la fracción mínima de la criptomoneda, algo así como el equivalente a los céntimos de un euro. El nombre es en honor al supuesto y enigmático creador del bitcoin: Satoshi Nakamoto.
Según el mapa mundial de cajeros de criptomonedas realizado por Statista en 2023, España era el país europeo con más cajeros de bitcoines instalados en el territorio, por detrás solo de EEUU, Canadá y Australia a escala internacional.
También avanza el número de compañías nacionales que se jactan de aceptar el pago en BTC como seña de identidad innovadora. «Fuimos la primera agencia de viajes en aceptar el pago con moneda virtual a través de seis criptomonedas, igual que hemos sido pioneros en aceptar Bizum como canal de pago», dice Ricardo Fernández, director general de la agencia de viajes online Destinia.
Pero no es solo hoteles o viajes lo que se puede pagar con BTC, sino cualquier producto o servicio que ofrezcan los más de tres mil negocios que, según Bit2Me, la plataforma de exchange de monedas digitales nacida en Castellón, están ya dispuestos a operar con divisas digitales. No son todo grandes empresas, también el negocio minorista se sube al carro para que los poseedores cripto puedan realizar sus compras cotidianas.
Asimismo, como recuerda La Madrid, «hace ya años que empresas como Visa o Mastercard emiten tarjetas que permiten pagar en bitcoines en los establecimientos, como si fuese una tarjeta de débito de toda la vida haciendo los pagos con monedas fiat (dólar o euro)». Existen también numerosas tarjetas de pago creadas por los mismos exchange, como la Bit2Me Card.
El desembarco en el inmobiliario
También es normal que, cuando un inversor se hace ya con un patrimonio considerable, quiera diversificar sus activos. Lo habitual en un poseedor de BTC u otras criptomonedas revalorizadas, es que mantengan parte de la inversión en activos digitales y busquen luego rentabilidades más estables en sectores tradicionales.
El mercado inmobiliario se presenta como uno de los más apetecibles para este cambio de estrategia. De hecho, España es uno de los países con más ventas de inmuebles con bitcoines. En este nicho ha encontrado su oportunidad de negocio la startup ilicitana InmoCrypto, el primer portal inmobiliario 100% regulado en España para la compra de viviendas con criptomonedas. Se trata de una empresa impulsada por Luis Gimeno, con la que colabora también Joaquín La Madrid.
Actualmente, el porfolio de InmoCrypto cuenta con más de 766 propiedades inmobiliarias en España y trece en Estados Unidos (todas en Miami) en las que invertir, mientras que el vendedor recibe su beneficio como lo haría en una compraventa habitual en moneda fiat.
Desde su lanzamiento, en abril de 2023, el portal ya cumple con todos los requisitos para la prevención del blanqueo de capitales. La primera venta se realizó el pasado verano, a través de un inversor internacional que compró una propiedad de 660.000 euros en València.
La opinión de La Madrid es que todo esto se va a ir normalizando conforme los proyectos nacientes se acerquen más a los criterios que establecen los reguladores. Cierto que con ello desaparece parte de la ‘magia’ que ha acompañado desde sus orígenes a este mundo, «pero yo estoy convencido de que a mayor legalidad, mayor adopción», concluye.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 113 (marzo 2024) de la revista Plaza
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